Espejos y espejismos tras el televisor

Extraño tener los hilos de mi vida conectados unos entre otros como pequeñas migajas de pan, para seguir y ser capaz de encontrarme; anhelo no tener más miedo de mis ideas, ser libre en mis palabras y permitirme (aunque en breves instantes) tener un poco de color. Aún si fuese únicamente una permanente dualidad.

La realidad es que siempre tengo miedo, y que sigo sintiendo casi de manera perpetua que no existo.

La realidad es que he olvidado cuando fue el último momento que no me sentí un NPC, que viví plena, que "vivi".

Lo cierto es que mi lenguaje no deja de ser el pasado, el anhelo, la melancolía y la desolación; aún si existo a presente bajo esta "máscara mayor" de mi, aún si río, si me pierdo, si me desvanezco en aparente ser y fluir "liviano".

Lo cierto es que por años mi única "libertad" fue escribir (sin filtro pero con florituras), y hace mucho ya la perdí.

Vivo en mis jaulas "maquilladas", lloro en las noches (por sonreír ante mis demonios). Estoy cansada, temo dormir casi tanto como temo permanecer despierta.

Anhelo los sueños tornasol (a siete olas en el alba) o aquellos de paredes sombrías, pero sigo sin ser capaz de soportarlos a consciencia real. Me duele todo, me duele tanto. Vivo negando el dolor y solo se acrecenta mientras pretendo enterrarlo bajo un hueco mayor. Hoy desearía soñar de nuevo, con mi paz y mi cruz, con una "yo" despojada de armadura puesta de frente ante aquello ferviente que siempre decidió ignorar (incluso si fuese un deseo olvidado).

Últimamente no se si lo que más abunda en mí es la despersonalización o la desrealización, "no existo" "¿existo?" "¿soy yo quien habla?" "¿qué he dicho?" "¿he dicho?" "¿acaso algo sucede?" "sucedo" "¿quien soy yo?".

Nada es real.
Y este es solo mi intento de "despojarme".

Oyasumi

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