The one with: the last song

Sigo sin decidirme a definir si prefiero soñar o quedarme dormida en un absoluto blanco/negro. Pero hace unos días soñé con K y volví a sentir lo que antes, cuando vivía escondida de mi, renegando de mis propias ideas reales; con miedo a ser descubierta, a soltar sin querer cualquier atisbo de verdad ante el mundo que no tenía que ser imaginario.



Ahora rehuyo de lo que antes encerraba y tomaba entre mis dedos, de cualquier forma se que caerán de mi mano. 

Hace un momento vi un título de HK, y volvió a mi esa idea "G se despidió y yo nunca fui capaz de verlo", y recordé el trébol escondido en mi bolso con su listón rojo (y sin palabras), recordé aquella tarde como cualquiera en la que nos recostamos en un colchón a mitad de la sala de M y hablamos del modo en que todos se habían ido excepto los dos, y el fue el siguiente. Al final, recordé que un día (de la nada para mi) apareció con ese título de HK entre las manos y me lo obsequió, uno al que rehuí mucho (a la fuerza por mi misma). 

Se que debo dejar ir, siempre, siempre, pero duele, me duele aún. Y el dolor nunca desaparece, solo se aprende a ignorarlo, a mantenerlo encerrado en ese cofre bajo llave en el centro de un laberinto.

Ojalá hubiese podido permanecer siempre en esa oscuridad sagrada, sumergida en esa agua helada; no me hubiese importado tener que ofrendar más de mi sangre si con eso hubiese sido capaz de "conservar"





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