Luz de gas

¿Por qué lo permites? me gustaría decirme siempre.

A veces pienso que de este lado del mundo no soy nada mas que un personaje, uno que vive y que evoluciona (o no) mientras solo le observan, y recuerdo aquel breve cuento que escribí hace muchos años, porque con el tiempo yo me volví la chica del parque, después de tanto observar a otro.

Pero todo este tiempo yo he sido solo esto, no hay personajes, solo taras de mi ser descritas con muchas palabras de manera cíclica a través de los años; si hubiese una máscara en mi vida esa sería la otra, con la que salgo a caminar día a día, con la que saludo, me levanto y ando mientras cierro mis manos sobre mi palma con todas mis fuerzas.

*Mains dans la fenêtre.
Recuerdo cuando empecé a mirar mis manos, fue varios años atrás, cuando me cuestionaba todos los días el por qué los otros podían vivir su día a día tan tranquilos mientras yo debía enfocarme siempre en dos  cosas a la vez, cuando también cargaba todo en silencio conmigo misma, antes de abrirme con los otros, antes de aquella canción de cuna. Desde entonces el mirar mis manos ha sido como la comprobación de una respuesta que ya tengo, las manos nunca mienten.

Puedo permanecer estática e inalterable, pero mis manos nunca mienten, y por eso siempre las veo, cuando ellas dejan de decir algo es porque todo en mí volvió a la normalidad de nuevo. Ultimamente las observo a menudo otra vez; tengo muchos recuerdos de mi misma observando mis manos a través de estos años, recuerdo mirarlas a lado del mar, también recuerdo mirarlas en aquella estación de autobuses con otras manos delante de mi. Poco después de eso último fue cuando aprendí a mirar al frente en lugar de a bajo, solo que con el tiempo de frente a o bajo se volvió lo mismo, y volví a apretar mis manos sin darme cuenta (cada tanto) mientras levantaba la cabeza, y volví a vivir con  aquellas marcas en mis pulgares de modo casi permanente.

Un frío inalterable
Quisiera dejar de vivir de sombras, y de esta luz de gas que sale de todas las paredes, quizá mi cabeza está ya dentro del horno pero no me he dado cuenta aun.



*Nombre de exposición de fotografías de Alejandra Remón





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