El origen y fin

Hoy mientras ella me contaba de su hermana he pensado que nos parecíamos mucho, que a veces la persona de un lado del cristal es distinta al reflejo diario, que en ocasiones simplemente es más fácil ser un yo virtual que luzca inmaculado, calculado, sin quiebres, a intercambiar una palabra con una persona que está ahí y es "tangible".

Me contó sobre cómo las personas que son así viven mucho en su mundo interior y siempre eligen su libertad de estar en solitario; luego me narró como su hermana había sido víctima de personas que la atacaban durante mucho y como ella nunca pudo darse cuenta, mientras tanto su hermana ya ni siquiera llegaba a su escuela, caminaba desde un punto de la ciudad al otro hasta que pasaran las horas, fue así durante bastante tiempo  hasta que un día escribió una nota tamaño carta y se puso a observar pasar los vagones mientras permanecía parada en la línea del metro a unos pasos de las vías.

Fue entonces cuando ella me dijo "tu te le pareces mucho", y por un instante sentí que me miraba a mí en el borde del precipicio con anhelo de lanzarme, y yo sentí que ella era como ese guardia de seguridad que se acercó a su hermana a la línea del metro a preguntarle si estaba bien justo antes de aventarse a una muerte segura.

Pero yo no rompí a llorar, porque aún no conozco el límite del dolor, y porque aún queda algo de mí para maquillarlo todo de un supuesto estado de alegría.

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