Lepidóptera

   Anochece otra vez en el limbo.

   Se apaga la sirena de niebla y el zumbido de las voces que salen del metro. Ya no quiero jugar a las escondidillas con la mariposa. Agotada de deambular por estas calles vacías que no me dicen nada, miro hacia arriba y olvido mi nombre. Una luna verde fluorescente se expande sobre las antenas de los edificios. Me jala hacia ella. Vuelo plenilunio en un cielo de fin de mundo.

   El punto es que tengo que orbitar corrigiendo constantemente la trayectoria para no caer en espiral. Cruzar la línea significa combustión instantánea. Estoy atrapada en un halo de luz verde iridiscente. ¿Cada cuántos segundos debo cambiar mi ángulo de vuelo para compensar la fuerza de gravedad de este cuerpo gigantesco que llena mi cabeza de ruido?

¿Quién eres tu?
¿Quién soy yo?

   Ya me aprendí de memoria cuántos ladrillos tiene este muro. Los he visto durante tanto tiempo que comienzo a imaginar que en conjunto forman una vista aérea del distrito. Los surcos de cemento entre cada tabique son sus avenidas. Sentada en mi esquina, recorro calles imaginarias con el dedo. Atorada en una pared de ladrillo. El muro tiene poros y bultos. No es tan liso como pensaba.


-Frecuencia Júpiter
   
   He sido una fanática de Júpiter desde que conocí a E (almenos indirectamente), ahora ya no lo sé, pero se llama E y es Júpiter también. No digo nada más porque son muchas cosas, quiero volver al piso 2, viajar a T en me llaman octubre o simplemente planear todo el descenlace fatal una vez más pero real esta vez. También quiero terminar de leer oyasumi pun pun, y arrancarme el cabello a jirones, abofetearme de la nada y asfixiarme cada tanto hasta dejar marcas, pero no tiene caso, nada tiene mucho caso ya; de hecho nada tiene caso ya.

   Estaba en lo cierto, tenía que haber muerto en ese momento. Tendría que haber muerto, tendría que morir. Me pregunto si el doctor 12 me mandará a tomar pastillas al piso 2 si le digo eso, o si solo me mandará mas vitamina B inyectada para callarme, lo cierto es que anhelo el prozac, podría salvarme o matarme ¿o por qué no? ambas cosas, ambas cosas suenan bien.

   Soy una basura, una maldita basura. Quisiera solo desaparecer antes de seguir haciendo daño.





Comentarios