Yo también amé a un skye

Seguro no sabes de que va todo esto ahora, si te lo cuento solo así tengo que llenar los agujeros de tu memoria que se han ido perdiendo en el tiempo, esto es cuestión de las cartas que nunca escribí (No de esas que si hice y viajaron a través de la distancia en sobres maché). Se supone que debo vivir pretendiendo que no creo que volverás, se supone que no debo esperarte porque a final de cuentas la verdad es que nunca vendrás (Se supone que debo basar mis días a creer eso), y por eso ya me fui.
 
Rosie:
 
Mañana regreso a Boston, pero antes de irme quería escribirte esta carta. Todas las ideas y sentimientos que han estado bullendo dentro de mí por fin se están derramando a través de esta pluma y voy a dejarte esta carta para que no tengas la impresión de que te estoy presionando demasiado. Comprendo que necesitarás tu tiempo para tomar una decisión sobre lo que voy a decirte.

Sé lo que está pasando, Rosie. Eres mi mejor amiga y veo la tristeza que hay en tus ojos. Sé que Greg no se ha marchado este fin de semana a trabajar. Nunca has podido mentirme, siempre se te ha dado muy mal. La mirada te traiciona una y otra vez. No finjas que todo es perfecto, porque veo que no lo es. Veo que Greg es un hombre egoísta que no tiene la más remota idea de lo afortunado que es y eso me pone enfermo.

Es el hombre más afortunado del mundo al tenerte a su lado, Rosie, pero no te merece y tú te mereces a alguien mejor. Te mereces a alguien que te ame con todo su corazón, alguien que piense en ti constantemente, alguien que pase cada minuto de cada día preguntándose qué estás haciendo, dónde estás, con quién estás y si estás bien. Necesitas a alguien que te ayude a hacer realidad tus sueños y que sepa protegerte de tus temores. Necesitas a alguien que te trate con respeto, que ame cada parte de ti, sobre todo tus defectos. Deberías estar con alguien que supiera hacerte feliz, realmente feliz, que te hiciera sentir en las nubes de tanta felicidad. Alguien que no tendría que haber dejado escapar la oportunidad de estar contigo años atrás en lugar de asustarse y dejarse dominar por el miedo a intentarlo.

Ya no estoy asustado, Rosie. No me da miedo intentarlo. Ya sé qué era ese sentimiento que me embargó el día de tu boda: eran celos. Se me partió el corazón cuando vi a la mujer que amo alejarse de mí por el pasillo con otro hombre, un hombre con quien había planeado pasar el resto de su vida. Para mí fue como una sentencia a cadena perpetua: me aguardaban un montón de años en los que no
podría decirte lo que sentía ni abrazarte como deseaba.

Dos veces hemos estado de pie ante el altar, Rosie. Dos veces. Y las dos veces nos hemos equivocado. Necesitaba que estuvieras allí el día de mi boda, pero fui tan estúpido que no me di cuenta de que necesitaba que fueras tú la razón para celebrarla.

Nunca debí dejar que tus labios se apartaran de los míos aquella vez hace tantos años en Boston. No debí apartarme. No debí caer presa del pánico. No tendría que haber desperdiciado todos estos años sin ti. Dame una oportunidad y te resarciré. Te amo, Rosie, y quiero estar contigo y con Katie y Josh… Siempre.

Piénsalo, por favor. No desperdicies tu tiempo con Greg. Esta es nuestra oportunidad. Dejemos de tener miedo y arriesguémonos. Prometo hacerte feliz.

Con todo mi amor,
Alex
 
 
Ahí, Donde termina el arcoíris. 
 
 
Yo y mi debilidad por los libros que "no dicen nada" y fragmentan la vida a una serie de mensajes enfrascados al vacío, solo así. Quizá porque mi vida también es una serie de mensajes, cartas y letras perdidas.

Comentarios