Cinnamon

   "Solo tengo dieciséis años y no sé muy bien de qué va el mundo, pero una cosa sí puedo afirmar con rotundidad: si yo soy pesimista, los adultos de este mundo que no son pesimistas son un hatajo de idiotas"*



 "¡Hola, señor-pájaro-que-da-cuerda!
   ¿Te llegará de verdad esta carta, señor pájaro-que-da-cuerda?
   Lo cierto es que no estoy segura de que hayas recibido todas las cartas que te he enviado hasta hora. Porque las señas no eran demasiado precisas y nunca puse la dirección del remitente. Así que tal vez mis cartas estén apiladas bajo el polvo, sin nadie que las lea, en el estante de cartas con destinatario desconocido. Pero pensaba que no me importaba que no te llegaran. Yo simplemente, quería transformar mis pensamientos en palabras escribiéndote cartas a ti. Cuando pienso que el destinatario de mis cartas eres tú, señor-pájaro-que-da-cuerda, puedo escribir frases con fluidez, sin dificultas. Aunque no se la razón. ¿Por qué será?
   Esta carta sí quiero que llegue a tus manos, señor pájaro-que-da-cuerda. Estoy rezando para ésta si llegue.

   [...]Las lágrimas goteaban produciendo ruido, una tras otra, en el charco blanco del claro de luna y eran absorbidas por él. Las  lágrimas, mientras caían, se bañaban en la luz de la luna y brillaban hermosas como un cristal. Y he visto que mi sombra también derramaba lágrimas. Incluso se veía, nítida, la sombra de las lágrimas. Señor pájaro-que-da-cuerda, ¿has visto alguna vez la sombra de una lágrima? La sombra de las lágrimas no es una sombra cualquiera. Es muy distinta. Viene de un mundo lejano especialmente para nuestros corazones. O tal vez no. Quizá las lágrimas que derrama la sombra son las auténticas y las que derramo yo son sólo la sombra. Lo he pensado entonces. Oye señor-pájaro-que-da-cuerda, seguramente no lo entenderás. Pero cuando una chica de diecisiete años, desnuda, derrama lágrimas a medianoche bañada por el claro de luna, puede ocurrir cualquier cosa, es así"*




Pequeñas cosas que tal vez a nadie mas le importan, es de lo que está hecho el mundo (al menos el mundo interior), y de esas pequeñas cosas es do lo que yo he formado los pilares que rodean mi consciencia y coherencia ante el seguir, aveces siento que se repite incansablemente un día tras otro y la única diferencia de ahora el pronto después es que "ahora" si duermo y después "tal vez" lo logre, eso y que ahora puedo no pensar en nada mas que yo misma, bueno o malo lo único que debo hacer es hundirme en mi misma (siempre que el futuro no se me atora en la garganta), en un par de días (que aunque sean un poco mas ya no sabrán a nada mas un par de días) ya no habrá tiempo para estar yo conmigo, todo lo contrario seré yo pensando en ese futuro al que no aspiro y quizá por eso he desistido de escribir. 

Desde que empezó el año el mundo parece girar diferente en mi, quizá desde agosto o tal vez desde que llegaron esos dos libros a mi idea general del universo; pero desde que inició el año todo en mi ha aparecido como pequeños ataques ante mi temple, fallas tras fallas, no fallas objetivas, ante cualquiera que me mire o mi desempeño pensará que todo va igual o mejor, dejando a un lado mi fondo mental esto son cosas físicas. Un día el dolor se fue mientras corría y pude durante un mes  o dos correr sin parar 10 vueltas a la pista cada día (lo que equivale a unos 4 Km), el dolor simplemente había pasado de ser uno a otro, "quizá esta es la clase de dolor que las personas normales soportan" pensé, pero a mi no me importaba ese dolor, ése comparado con el mío no era dolor. Aunque no fue un día "de la nada", todo empezó por el ojo (de nuevo cosas pequeñas), el ojo izquierdo y sus venas marcadas por la presión, el que mi presión aumentara me ayudó a correr sin dolor como un anestésico fantasma pero el correr más sin límites lesionó mi rodilla derecha, ahora el correr significa otra clase de dolor y el caminar se siente como un desbalance, es como si la rodilla no quisiera ser olvidada, ni el ojo. 

Un día "de la nada" me aparecieron tres manchas en la pierna izquierda, si, de la nada, eran rojas al principio y con el tiempo se volvieron como esas manchas de nacimiento que llaman manchas café con leche, supongo que al principio fueron molestas pero al final he terminado sintiéndolas como una extensión de mi. Luego aquello "Y me pregunto si al final no fui solo yo quien se lanzó contra la pared y se aventó al suelo después del ultraje de una de esas sombras que solo viven en mi cabeza". Al final todo en mi claudicó con su muerte como salida de un cuento de bromas de terror e ironía mórbida.

Después de ello busqué sin mucha suerte mantenerme corriendo, mantenerme leyendo, mantenerme, corté mi cabello porque estaba harta de mirarme al espejo y ver a la misma persona (aunque sin duda no dejo de ser la misma) o quizá es que sentía que no era la misma y la imagen seguía sin duda sin cambiar, las personas odian que corte mi cabello, no entienden por qué en mi sano juicio decido tenerlo corto porque "mi cara es redonda y no va nada bien", mi madre no lo entendió cuando lo corté tras traerlo largo y lacio y ahora hasta la peluquera decía que por qué deseaba cortar lo que llamó "mis rizos de telenovela" y nadie recae en el hecho de que me gusta el pelo corto, entre mas corto mejor, solo eso.

Y luego empecé a sentir que alguien apretaba mi garganta con fuerza, podía casi sentir sus dedos sobre la parte baja de mi garganta apretando mas y mas fuerte, a veces despertaba súbitamente de un sueño donde no podía respirar temiendo no estar respirando de verdad. De la nada recordé cómo cuando eramos niños él llegó de la nada por mi espalda y me apretó el cuello con sus manos mientras yo no podía respirar ni safarme de él, era una "broma" y yo hasta la fecha no soporto que alguien ponga sus manos sobre mi cuello sin reaccionar mal, creo que tan mal como reaccioné cuando empecé a notar que mi garganta empezaba a cerrarse ¿o no?.

Entonces leí Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, el primero que quise leer de Murakami y no he podido leer hasta ahora, y solo hallo esas pequeñas cosas, como la mancha de nacimiento que de la nada le aparece a él, o el nombre de Pájaro que da cuerda con su vida cada vez mas mutista, el ave en si con su ric-ric-ric incesante, Creta Kanoo y su vida con dolor y otra cosa más, el pasillo, aquel pasillo que describen detrás de sus jardines, el pasillo con su flujo obstruido sin entrada ni salida y es que detrás de mi casa hay justo un pasillo así, en su inicio dicen que estaba abierto de ambos lados, luego alguien lo cerro de un lado y al final terminó cerrado de ambos lados como un espacio vacío sin razón de ser, un pasillo al cual solo se puede llegar saltando la barda detrás de mi jardín ¿Reposará ahí la estatua del pájaro mirando el cielo a punto de saltar a volar?




   "Ya hace mucho tiempo que no tengo noticias de Malta Kanoo, escribí. Por lo visto, también ella ha desaparecido de mi mundo. Podría decirse que las personas van cayendo en silencio, encaminan hacia allí sus pasos y, de repente, desaparecen. Quizás el borde del mundo esté en aquel lugar. Para mí los días transcurren sin que suceda nada en particular. Tan anodinos que he acabado por no distinguirlos unos de otros. No leo el periódico, no veo la televisión, apenas salgo. A veces, a lo sumo, voy a la piscina. [...] En la mancha tampoco se aprecia ningún cambio remarcable. Pero, a decir verdad, conforme van pasando los días, cada vez me importa meno. Si debo tenerla hasta el fin de mis días, las tendré y en paz. Quizá sea algo que deba tener. Ni yo mismo se la razón, pero me he convencido de ello. Sea como fuera, permanezco aquí, en silencio, aguzando el oído."*


   "Porque cuando se extinguieron la revelación y la gracia divina, se extinguió también mi vida. Todo lo que vivía dentro de mí, y que tenía por tanto algún valor, murió. No quedó nada. Todo ardió dentro de aquella luz violenta y quedó reducido a cenizas. O, tal vez, el calor que emitía aquella revelación, aquella gracia abrasó el núcleo de mi vida. Quizá no tenía la fuerza suficiente para resistir aquel calor. Por eso no tengo miedo a morir. La muerte física de mi cuerpo para mi representará incluso una salvación. Me liberará para siempre del sufrimiento de ser yo, de esta prisión sin esperanza."*




*Crónica del pájaro que da cuerda al mundo - Haruki Murakami


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