Lancé botellas desde playas tan desiertas

Dime si aun estás aquí
Y yo
Volveré a ser aquel planeador

Dime si aun estás aquí
Y yo
Volveré a considerar ser Pacífico y Atlántico
O aquel Ícaro directo al sol

Algunas cosas nunca mueren, nunca desaparecen, sólo nos gusta esconderlas de día (por días), alimentarlas al caer la noche, sacarlas de esa jaula, abrirles la puerta y dejarles aletear (con whisky o sin el); y eso que perdura se aferra tanto a nuestra piel que podría calcinarnos, o no.

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