Guardar en la bolsa un ticket de entrada sin expirar al piso dos, solo por si acaso, solo para creer que siempre existe una puerta abierta.

Nadie me dijo que al despertar todo iba a ser así.  Que no pararía de crear escenarios distintos en mi cabeza.

Daniela sentada en un rincón oscuro cubriéndose los oídos para no escuchar nada. Daniela mirando las palmas de sus manos estática como si éstas pudiesen tener alguna respuesta.

Latido, tal vez el mundo gire o yo me detenga. Quiero soñar.