Detrás de las murallas la sombra muere

Un recuerdo es algo que perdimos y yo me construyo de recuerdos porque resumo mi mundo a perder. Al pasar los días algo me grita que ya es hora de volver pero siempre acabo lléndome, temo volver porque tambien recuerdo al valor como algo que no existe más; han sido días largos y cortos en los que deseaba con voracidad la no llegada del siguiente, he vivido en capricho complaciente durante estos meses, resulta irónico después de toda esa pequeña pila de planes posibles que busqué esta vez y que se vino a bajo. Podría haberme simplemente ido lejos pero tras su muerte la cercanía se volvió una sentencia negada transformando así todo lo mío con sabor a hogar a una masa densa coloidal que me sujetaba con fuerza en cuanto mas procuraba escapar, si mi voluntad es débil la soga invisible siempre cuelga mas lejos.

Y en capricho hice todo lo que creí desear, amplié la imagen de mi universo al cual volver cada noche, pasé horas lejos de casa día tras día, dormí hasta no poder seguir durmiendo, viví como un ser noctámbulo, vi todo lo que deseaba ver, huí, grité, desperté y salí corriendo sin razón y sin sentido cada vez que la idea me venía a la mente con y sin rodilla a favor, me desgasté en las madrugadas hasta decir basta en las mañanas en ayunos hasta no poder dar un paso mas, seguía a pesar de las heridas y las ampollas, seguía quizá por ellas hasta desgarrarme los pulmones y tropezar cada dos segundos, hice ejercicio hasta caer, me hice daño hasta caer, tomé cuántas duchas a las tres de la mañana como se me antojaron, con los ojos cerrados y los golpes contra la pared. Cada dos días aparecían en mi rasguños cuya procedencia ya había olvidado, moretones con pequeñas formas circulares agrupados de tres en tres. Grité hasta quedarme sin voz, lloré hasta quedarme sin aliento, solo así, cada vez que lo sentía.

Empecé a leer cada libro que quise y terminé menos de la mitad, algo me aleja de las palabras: la veracidad. Traté de escribir y nunca lograba pasar de tres páginas de sin sentido (como este), no es que no haya algo que quiera decir ni algo que desee encontrar en las palabras, es simplemente el hecho de aceptar que mis deseos carecen de fundamento, al final yo soy real y todo mi mundo tras el espejo se quedó en los sueños que ahora de nuevo han decidido dejarme aparte.

Desee complacerme en todo lo que creí desear, gasté mi dinero de juguete que nunca sentí tener para ir y hacer y comprar cada cosa que creí siempre querer y mantener en el estatus "pero realmente no lo necesito", buscaba hallar el fondo a bastarme, pero tampoco lo hallé así. Cuando el tiempo llegó a su fin el miedo no se había ido, el miedo sabía a ansiedad y pavor, el miedo me gritaba que no quería volver a ahí.

Fueron dos días antes de este tiempo libre de juguete, dos días que fueron suficientes para darme cuenta que en mi vida he cometido mas errores que aquellas palabras escritas y la amarradura al suelo para negarme a volar en el pájaro metálico hace unos años, entonces me di cuenta que debí luchar a morir, como lo hago ahora en este mundo detestable que me he formado, debí luchar a morir cuando había algo que quería de verdad, en aquel tiempo quizá fue el único tiempo en que he estado segura de que es lo que quiero y sin embargo lo dejé ir todo al darme cuenta del sello "inevitable". Me llaman cobarde por no dejarlo todo ahora y lo soy, no soy nada diferente a una cobarde, he dejado que el miedo sea mi vida, la frustración mi desayuno y la ansiedad mi complemento alimenticio, he acabado conmigo, yo me he matado a lo lento con nada mas que la vida que alguna vez pensé que sería capaz de sopesar. Hace tres años debí haberme ido y dejar todo. Hace un año debí haber presentado ese nuevo examen y haber tomado la palabra de ella, pero hace un año como ahora yo simplemente caí en la cuenta que ya estoy muerta, que ya no se vivir ni disfrutar, que temo aceptar que ya no hay motor ni soy capaz de luchar a la muerte por algo, temo equivocarme de nuevo y caer de estas puertas de infierno a otra puerta mas. Pero esos dos días me bastaron para darme cuenta que ahora prefiero cualquier cosa salvo esto, prefiero dudar a equivocarme de nuevo a tener que soportar lo que falta a tener que atarme esta falsa máscara. Creí que elegir cualquier cosa me haría aumentar mi anhedonia y en cambio solo volcó mi mundo en un acantilado perpetuo, no puedo dedicarme  a esto ni si quiera soporto pensar que debo soportar lo que resta, traté de mentalizarme durante días y días y tantos días solo me hicieron darme cuenta de nuevo y con mas fuerza que esto no lo soporto, no puedo cambiar eso.

Miro a los demás a veces con envidia y otras con anhelo, ¿no es mentira que alguien puede darle igual? ¿es posible que alguien lo disfrute de verdad? Hago esfuerzos descomunales pero no logro recordar la sensación de motivación por realizar algo ni satisfacción  por terminarlo, incluso las pequeñas cosas a las que me aferraba he dejado de saber sin son reales y en cambio todo es ahora un sinónimo mas de mi descontento, pese a estas palabras ahora, luché durante días para negarme a aceptarlas en voz alta por miedo a empeorarme a mi y mi forzosa aceptación de los hechos, pero por mas que en mi mente procuré programarme con estados de ánimo altos enlazados con la idea de mi realidad (tal cual Pavlov y su condicionamiento clásico) al final no fue suficiente, ¿por qué debo siempre de esconderme a mi y mis ideas?.

Al final del día solo una idea me ronda sin escape: tal vez no estoy satisfecha con nada en mi vida ahora, tal vez la frustración y el doblegue deberá ser mi estado natural, tal vez no seré capaz nunca más de sentir que estoy en el lugar correcto, tal vez conforme pase el tiempo todo en mi serán ataduras, tal vez es mi culpa por mi falta de ambición, tal vez deba fingir siempre ser indiferente ante todo su odio injustificado.

Desearía que algo de eso me gustara, desearía poder ver algo en ello, daría todo lo que soy por ser capaz de volver a sentir algo distinto al miedo.

¿Por qué no puede haber una sola cosa? Tal vez viva con una máscara tras el miedo porque hay tanto miedo que es imposible ser un robot, tal vez mi miedo y ansiedad me mate, a veces sueño con ello,  a veces deseo simplemente cualquier cosa menos esto.

Seguiría pero empezaría a manipular las ideas, se de antemano que lo único que me queda es el grito, todo esto no es mas que un grito y ahora solo viene ese silencio que siempre llega después.

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