It hurts because you're still alive

   Las heridas no son aquellas que vienen desde afuera y nacen en la piel, si no aquellas cuyo epicentro se encuentra en nuestro núcleo, ellas desgarran desde adentro y solo así brotan a la piel.

Eres condenado. Fines buenos o malos yaces en tu tumba sin lienzos sin orquídeas, con ojos y un núcleo destrozados, porque las navajas de tu centro son feróces, afiladas, quieren brotar y llorar rojo.

Tu eres el juicio, el juez, el pueblo que te condena, tu eres cada cosa que cargas en el dorso, los clavos salen de tu alma y te sellan en plomo. Eres la pesadilla a ojos abiertos, el murmullo detrás de la luz, el silencio ensordecedor.

 "Me declaro culpable" gritas siendo inocente. "Me condeno a 100 años de silencio". Pero el mundo es así, todo se quiebra y cuando te das cuenta que un paso adelante niega el paso de reversa notas en aquella mirada que la última gota ha caído, cien años no bastan, cadena perpetua, porque el crimen cometido acaba de volverse asesinato,  "sus ojos me dicen que yo maté su alma".


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